martes, 13 de abril de 2010

martes, 22 de septiembre de 2009

El rejunte (Escribi muchas letras las puse en la galera y las saqué escribiendolas en su orden original)

La tarde era inmensa. El sol se reflejaba en el gran mar azul, dándole su tonalidad anaranjada.
Santino se había sentado en el banco de la plaza a contemplar sus colores, sus destellos, su inmensidad. Pero no podía quedarse mucho tiempo, tenía que llegar a su casa a las 20:00, tenía una tarea pendiente y también se le acabó la batería al celular.
Luego de tomarse dos colectivos caminó cuatro cuadras y llego a su edificio. Él vivía en un departamento, pero era bastante amplio. Tenía una cocina, un comedor, un gran balcón con distintas plantas, un dormitorio y un cuarto de trabajo en el que había una computadora, impresora un escritorio y por último, pero no menos importante dos baños.
Un rato más tarde llegó su novia. Se llamaba Virginia y tenía veintidós años, su estatura era de uno setenta o uno setenta y cinco y trabajaba en un gran edificio de una empresa llamada “Páginas Doradas”. Ah, era rubia (natural). Ni bien ella cerró la puerta y puso las llaves en el canastito, él salio del cuarto cerrándolo con llave y corrió a saludarla con un gran beso que duro como dos minutos. Después del beso él le dijo, “feliz aniversario Nº 4”.
Luego ella se puso a preparar la cena, una deliciosa carne al horno con papas y batatas a su alrededor con una salsa especial que le había enseñado su madre. En la mesa había un mantel rojo con excelentes detalles, lo había tejido ella, arriba del mantel había unos finos platos y finos cubiertos comprados en Francia y copas de cristal auténticas y en el centro un vino, que no se veía la marca pero muy costoso. Sin duda era una noche muy especial.
Después de la fantástica cena, él lavo los platos y después se fueron a su cama a terminar la noche con broche de oro. A las 4:00 de la mañana él se levantó y se volvió al cuarto de trabajo para terminar su misteriosa tarea.
A la mañana siguiente, aproximadamente a las 10:18 ella se levantó y encontró una nota en el espejo de su baño que decía: “Mi amor: andá a la vereda de en frente del edificio en donde trabajás a las 15:00 y no llegues tarde”
Ella siguió los pasos al pie de la letra y allí estaba a las 15:00. Ya eran 15:02, nada. 15:18 nada. 15:25, más nada. Finalmente a las 15:40 se desprendió un gran manto desde la punta del edificio de donde trabajaba hasta el piso, e inmediatamente imágenes brotaron de la pantalla y también videos. Eso fue un gran trabajo del novio que le llevo más de 494 horas. Y en el final apareció la pregunta que ella había estado esperado hace cuatro años “¿Te querés casar conmigo?” Ahora la decisión dependía de ella…

jueves, 17 de septiembre de 2009

Bartleby, El Escribiente

Hola, bueno antes que nada quería presentarme. Bueno, no viene mucho al caso, pero si viene al caso porque quería hacer este blog. En primer y único lugar quería hacer un lugar (otra vez lugar) en donde la gente puede exprasarse como quiera, si quiere pertenecer solo avísime y mándeme un mail (obviamente no será administradores, solo podrán publicar entradas). Este es mi primer artículo, Bartleby.
Bartleby es una "nouvelle" o un "cuento corto", como se dice en estas pampas. Este relato cuenta la historia de un copista que trabaja en una oficina del juzgado, hasta que empieza a "preferir" no hacer nada. Es en este punto donde comienza verdaderamente la historia del relato y nos empieza a interesar que pasará y como lo terminará el final, sorprendiendonos al mejor estilo Herman Mieville. No quiero decir mucho del cuento porque sino les arruinaria la historia, pero para empezar creo que esto es suficiente. GRACIAS POR ESTA LEÍADA!!!